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No te dejes abatir por cosas que están fuera de ti. Dios es manifestación. ¿Se ha manifestado en todos? Tú no lo sabes, pero tú no pienses, su camino va lejos, muy lejos de ti. El mundo está lleno de infelicidad. Tú no pienses más que en ti, en hacerte feliz, en saborear la vida, en disfrutar de lo que tienes, que haces, que eres, que sabes. Si tú escuchas los gritos del universo, podrás caminar? Y sin embargo en el universo astral el dolor existe, ¿lo sabías? No, no lo sabías. Pero, cada uno tiene que volver a conquistar su libertad, tanto de su dolor y del dolor de los demás como del dolor universal. Si tú escucharas los gritos del universo, ¿vivirías? Vivirías mal. Por lo tanto, aleja el dolor, enjuaga tu boca y tu corazón en la Palabra que es agua de vida y ve a reconquistar tu felicidad. No puedes caminar cargando rocas en tus espaldas. No puedes, es natural. No te sometas nunca más a la voluntad de los demás, por mucho que dicha voluntad te sea favorable. Ya está bien de enjuagar a las almas que todavía son incomprendidads. ¿Basta!