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La inmortalidad es la conciencia de que Dios está en nosotros.Dios está en nosotros. ¿Cómo, dirás? Habitando, misterio oculto, en el corazón de cada hombre. ¿Cómo, dirás? Simplemente con estar. Toma un cable y envuélvelo alrededor de un pernio cualquiera, ¿qué hace? Nada, naturalmente. Pero si ese cable lo conectas con una fuente de luz, de energía supongamos eléctrica, ¿qué es lo que haces? Lo que haces es generar luz y energía. Del mismo modo, cable ininterrumpido de Luz, de Energía, Yo me conecto con cada uno de vosotros. ¿Cómo, dirás? Simplemente creando las situaciones por las cuales un hombre puede generar un niño en el seno de una mujer. Así, regenerado continuamente, hasta el infinito, el Señor os da la conexión ininterrumpida con Él. Semilla, más semilla, más semilla, hasta el infinito. Conexión infinita hasta echar las bases de la autoconciencia en cada una de Mis semillas. "¿Soy semilla de Dios? Sí, concienciudamente yo creo que soy semilla de Dios." Como si una semilla de calabaza reconociera la calabazay dijera:"Soy semilla de calabaza." Del mismo modo, si sentirás dentro de ti la emanación de Dios, Yo seré Dios para ti. Al haber adquirido eternamente el dominio y el conocimiento en el seno y en el corazón, Yo soy Dios y desde ahí, como Padre, como Hijo, Yo te diré:" Camina. ¿El sendero está oculto? No. Recórrelo. No esperes."