lunes, 26 de abril de 2010

Il sole non è... El sol no es...

Il sole non è pernicioso se tu non lo senti tale, lo è appena tu dici o pensi: fa male, e interiorizzi gli effetti dannosi. Il tale è cruento, crudele, egoista? E a te che te ne importa? Se interiorizzi le sue parole, le sue espressioni, interiorizzi cioè ciò che esce da lui, sei finita. È come una ragnatela che imprigiona l'insetto, la mosca, per alimentarsi.
Se tu guardi alla natura, vedrai quanti casi di "ragnatela" nel mondo animale e vegetale e, naturalmente, umano. Tessete le reti per acchiappare i pesci e non vedete che nella vita è la stessa cosa: reti o ragnatele, e perdete il vostro libero arbitrio di accettare o non accettare l'arbitrio altrui.
Quando pensi alle persone che sono passate, vedrai che ti hanno catturato o con i lamenti o con i ricatti o con le minacce o con le paure o con le derisioni, che son le ragnatele più appiccicose, con incombenze sbagliate e accettate, con incarichi astrusi, promesse allettanti, accettazione di forze ingravide, cioè senza peso, cui tu attribuivi un peso, un'importanza. Non l'avevano.
Opinioni altrui che hai accettato, maldestra tu nel fare tue le opinioni sbagliate che altri emetteva liberamente e tu, liberamente, ma sottomessa, accettavi. Quante! I parenti, gli amici, i colleghi, i vicini, la radio, la televisione, i giornali, i libri, gli opuscoli.
Vari sono i mezzi di espressione: la voce e la scrittura in primis, l'affetto e l'amore, cioè il legame, in secundis. Amavi, accettavi. Ora il tuo libero arbitrio è il tuo veicolo strano? No, sicuro.

El sol no es dañino si tú piensas que no lo es. Se vuelve dañino en cuanto tú dices y piensas: el sol hace daño, e interiorizas sus efectos dañinos. ¿La tal persona es cruenta, cruel, egoísta? ¿Y a ti qué te importa? Si interiorizas sus palabras, sus expresiones, es decir, si interiorizas lo que sale de él, estás acabada. Es como la telaraña que aprisiona al insecto, a la mosca, para alimentarse.
Si miras la naturaleza, verás cuántos casos de "telarañas" hay en el mundo animal y vegetal y, naturalmente, humano. Tejéis las redes para coger a los peces y no veis que en la vida ocurre lo mismo: redes o telarañas, y perdeis vuestro libre albedrío.
Cuando piensas en las personas que han pasado, verás que te han capturado o con sus quejas o con los chantajes o con las amenazas o con el miedo o con las mofas, que son las telarañas más pegajosas, con encargos equivocados y aceptados, con encargos abstrusos, con promesas alentadoras. Era la aceptación de fuerzas ingrávidas, es decir sin peso , a las cuales tú les atribuías un peso, una importancia. No la tenían. Opiniones ajenas que has aceptado, torpe tú al hacer tuyas las opiniones equivocadas que otros emitían libremente y tú, libremente, pero sumisa, aceptabas. ¡Cuántas! Los parientes, los amigos, los compañeros de trabajo, los vecinos, la radio, la televisión, los periódicos, los libros, los opúsculos.
Muchos son los medios de expresión: la voz y la escitura en primer lugar , y luego el cariño y el amor, es decir los vínculos y las ataduras, en segundo lugar.
Amabas, aceptabas. ¿Ahora tu libre albedrío es tu vehículo raro? No,es tu vehículo seguro.