Tu cadi. Perché, dirai? Per l'esperienza passata, dirai. Ma non è tale la risposta che devi dare. La dai, perché intestardita nel non pensare che al male, all'abbandono di Dio. Per questo il male ti appare, perché lo pensi, e appare.
Pensi alla fortuna che hai? Mai. Pensi alle piccole pietre che, ostacolando il cammino, ti hanno portato a sentenziare: io non merito aiuto. E così vai. Vai seminando di: non merito aiuto, e mantieni aperta la piaga. Piaga di dire: non merito amore, solo dolore. Chiudila! È ora.
Hai mantenuto per anni il sapore di miele? No, di fiele, e così ti sono andate le cose. Temi e, nel timore, alligna la fede? No, mai. Pertanto, ravvedi quel gesto di lamento e provvedi a santificare soltanto l'amore di Dio. Infinito, l'amore di Dio ti pervade e tu non lo sai.
Dentro di te l'incertezza, il dubbio, l'insicurezza allignano come nei campi arati che darebbero solo cereali, ma no, danno erbacce. Perché, dirai? Sono come pensieri astrusi, pericolosi, indegni della fede e non sai che, così facendo, alimenti le erbacce dei tuoi pensieri che sono negativi e sarebbero luce. Ma no, devi pensare al male che accadrà. O non accadrà. Non anticipare il dolore, anticipa e vivi solo l'Amore.
Te caes. ¿Por qué, dirás? Por experiencias del pasado, dirás. Pero, no es esta la contestación que tienes que dar. La das porque te obstinas en no pensar más que en el mal, en el abandono de Dios. Por eso el mal te aparece, porque piensas en él y aparece.
¿Piensas en la suerte que tienes? Nunca. Piensas en las pequeñas piedras que, al obstaculizar tu camino, te han llevado a sentenciar: yo no merezco ninguna ayuda. Y así vas. Vas sembrando de: yo no merezco ninguna ayuda, y mantienes abierta la llaga. Llaga de decir: no merezco amor, sino sólo dolor. ¡Ciérrala! ¡Ya está bien! ¿Has mantenido durante años el sabor a miel? No, el sabor a hiel, y así te han ido las cosas. Tienes miedo y, en el miedo, ¿crece la fe? No, nunca. Por lo tanto, corrige ese gesto de lamento y piensa en santificar sólo el amor de Dios. Infinito, el amor de Dios te impregna y tú no lo sabes.
En ti la incertidumbre, la duda y la inseguridad crecen como en los campos arados que darían sólo cereales, y no, dan malas hierbas. ¿Por qué, dirás? Son como pensamientos abstrusos, peligrosos, indignos de la fe, y no sabes, que actuando de esa forma, alimentas las malas hierbas de tus pensamientos que son negativos y serían luz. Pero no, tienes que pensar en el mal que ocurrirá o no ocurrirá. No anticipes el dolor, anticipa y vive sólo el Amor.