viernes, 5 de diciembre de 2008

Cada uno tiene a su Dios. Ognuno ha il suo Dio.


Desciende la noche como un bálsamo sobre las heridas que ha abierto la torpeza del ser humano que no se resigna a crecer y a transformarse y no se da cuenta de lo triste que es su condición de isla dentro de una Gran Isla, aislada allí solitaria en el inmenso Universo, único.

Cada uno tiene a su Dios.
Este es tu deber y el de todos: SER, ser conscientes de la presencia de Dios en vosotros y ser cada uno sí mismo. Sólo así cumplirás con tu misión y no tendrás a otro Dios aquí en la Tierra más que al tuyo, porque cada uno tiene a su Dios. En la infinita variedad del Ser, cada ser humano tiene su visión de Dios, ¡pobre del que quiera dar una única imagen del Dios del Todo!




Scende la sera, come balsamo sulle ferite aperte dall’ottusità dell’essere umano, che non si rassegna a crescere e a divenire, e non si rende conto di quanto sia triste la sua condizione di isola dentro una grande isola isolata lì, da sola, nell’immenso universo, unico.

Ognuno ha il suo Dio.
Questo è il tuo, e il vostro solo dovere: ESSERE. Compirai così la tua missione e non avrai altro Dio qui sulla Terra che il tuo.
Ognuno ha il suo Dio perché, nell’infinita varietà dell’Essere, ogni essere umano e non, ha una sua visione di Dio. Guai a chi vuole dare un’unica, sola immagine del Dio immenso del Tutto.