El rencor es un gran enemigo, más grande que la envidia, que la ambición, que la soberbia y la vanidad. Es el mal y corroe, ahora lo sabes. El rencor, es el gran enemigo. Pídele por tanto al Señor:"Cura mi rencor, abre la vías de mi corazón que está cerrado y no ama a nadie. Que está cerrado y quiere ignorar la vida. Ques está cerrado y quiere quedarse solo para meditar, ¿sobre Dios? No, sobre la estupidez de los que has conocido y han revelado su desconocimiento de las cosas grandes y sublimes. ¿Te han enseñado a amar? No, te han enseñado a detestar. El conocer al hombre te ha llevado a detestarlo. Si tú has amado, dirás, ¿por qué me han odiado? Porque tú creías que, al amar, te amarían. Y no, no era ese el camino. El camino era muy distinto. ¿Era el de caminar llevando fardos en tus espaldas? No, el de llevarte a ti la libertad de ser y de actuar, y tú te has sometido a todos los que conocías. ¿Ha sido un mal? Sí, si esto te ha llevado a odiar. Has aceptado voluntades abstrusas y enemigas, y ahora lamentas en tu corazón el dolor de esa aceptación. Pero tenías que aprender a amar la libertad.
domingo, 19 de diciembre de 2010
Il rancore....El rencor....
El rencor es un gran enemigo, más grande que la envidia, que la ambición, que la soberbia y la vanidad. Es el mal y corroe, ahora lo sabes. El rencor, es el gran enemigo. Pídele por tanto al Señor:"Cura mi rencor, abre la vías de mi corazón que está cerrado y no ama a nadie. Que está cerrado y quiere ignorar la vida. Ques está cerrado y quiere quedarse solo para meditar, ¿sobre Dios? No, sobre la estupidez de los que has conocido y han revelado su desconocimiento de las cosas grandes y sublimes. ¿Te han enseñado a amar? No, te han enseñado a detestar. El conocer al hombre te ha llevado a detestarlo. Si tú has amado, dirás, ¿por qué me han odiado? Porque tú creías que, al amar, te amarían. Y no, no era ese el camino. El camino era muy distinto. ¿Era el de caminar llevando fardos en tus espaldas? No, el de llevarte a ti la libertad de ser y de actuar, y tú te has sometido a todos los que conocías. ¿Ha sido un mal? Sí, si esto te ha llevado a odiar. Has aceptado voluntades abstrusas y enemigas, y ahora lamentas en tu corazón el dolor de esa aceptación. Pero tenías que aprender a amar la libertad.