
Un día en el que el Señor estaba enamorado, creó el manzano y lo cubrió de flores. Y con el corazón lleno de amor, le puso abejas, avispas, mariposas y moscardones para que succionaran el polen. Y luego, como fondo, puso el cielo y creó la primavera. Y su zumbido y su vuelo era como un eco lejano de agua de mantaña