Arrodillada ante Dios, el alma no puede hacer nada más que callar y ofrecerse a su Espíritu creato-creador en acto y en acción y beber largas ráfagas de viento divino que sacude desde abajo cada edificio humano, terrestre, destinado a priori a alcanzar nuevos grados de Luz.
miércoles, 28 de octubre de 2009
Inginocchiata.... Arrodillada...
Arrodillada ante Dios, el alma no puede hacer nada más que callar y ofrecerse a su Espíritu creato-creador en acto y en acción y beber largas ráfagas de viento divino que sacude desde abajo cada edificio humano, terrestre, destinado a priori a alcanzar nuevos grados de Luz.